Debido a las restricciones a la importación, la falta de contenedores, espacio, etc. Hoy todos los importadores sufren quiebres en sus líneas de producción y/o comercialización. Frente a esta actual coyuntura, la zona franca La Plata se ha vuelto una pieza fundamental.
Las zonas francas permiten a una empresa extranjera depositar en consignación su mercadería. La mercadería ingresa a Zona Franca con una factura proforma, y al momento de realizar la venta, el proveedor extranjero emite una factura definitiva. Este sistema permite al proveedor tener un pulmón o stock en destino a un costo verdaderamente bajo. A cambio de esto, el proveedor obtiene ventajas competitivas en relación a otros proveedores.
Lo más importante es que, a las pocas horas de que el importador confirme la compra, el proveedor extranjero puede liberarle la carga al importador en pocas horas. Obviamente, al tener un stock en Zona Franca, le evita al importador todas las demoras para embarcar y conseguir equipo. En resumen, la Zona Franca, además de ser útil para cargas problemáticas, también ofrece múltiples herramientas para situaciones operativas y comerciales.
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